
Aquí podemos ver una de las escenas más famosas, representada por unos chicos que aunque no se parecen mucho a los protagonistas sí transmiten esa atracción que tanto gustó en la gran pantalla. Eso sí, como buena parodia todo se acaba desmadrando haciendo que el instituto entero se levante y baile al ritmo que marca esta Bella tan particular.
De lo más divertido que hemos podido ver en mucho tiempo, con una puesta en escena que no tiene nada que envidiar a los proyectos más ambiciosos. Con parodias así desde luego que merece la pena que existan sagas como Crepúsculo, por muy poco que puedan gustar ya que los resultados son increíbles en todos los casos.